En el actual contexto de crisis económica, en la que los mercados financieros han endeudado y deslegitimado a la función pública, con el beneplácito y colaboración de nuestros dirigentes, la promoción de infraestructuras como la Línea de Alta Tensión que ha reformulado Red Eléctrica Española (REE) resulta, cuanto menos un hecho no exento de incertidumbres, que con más motivo, exige una justificación a la ciudadanía.
La realización de esta infraestructura, que discurriría de Dicastillo a Itsaso (120 km) y afectaría a diversos municipios de la Sakana, no está justificada ni por una necesidad social real, ni por cubrir la demanda actual de energía eléctrica en la zona, ni tampoco por el alto coste ambiental y social que supondría su realización ¿entonces por qué se construye?¿quién se beneficia realmente de esta inversión?
La empresa REE monopoliza casi al 100% la distribución de la energía eléctrica. El papel de esta empresa es necesario para asegurar el funcionamiento del mercado energético y ampliar el negocio, que es la venta de energía eléctrica. En el mercado energético se subasta a diario la energía que se va a consumir. Al mercado le interesa vender grandes cantidades de energía durante más tiempo. Esto lo posibilitan los grandes demandantes de energía, representado principalmente en el Estado por el sector ferroviario en actual expansión con los corredores de Alta Velocidad.
Lejos de favorecer el ahorro e incentivar la producción energética mediante energías renovables, los mercados requieren de grandes demandantes de energía (TAV), pero también de grandes productores continuos de energía. En este modelo la energía nuclear (Garoña) y la térmica (Centrales Térmicas de Castejón) son dos pilares esenciales para el negocio.
Además REE, acaba de presentar un nuevo modelo de coche eléctrico y ha comenzado a instalar puntos de recarga en varias ciudades. Grandes inversiones, para grandes negocios.
[Publicado en la revista de Sakana Guaixe (en euskera)].