La Sierra de Lokiz conforma una unidad hidrogeológica, en la cual se puede hablar que existen cuatro acuíferos karstificados: Itxako, Genevilla y Alborón – Ancín. Todos ellos con un funcionamiento diferente. Los acuíferos de Alborón y Ancín estarían localizados entre los pueblos de Piedramillera y Gastiain, y abarcarían toda la comarca de Valdega.
Las aguas subterráneas de Lokiz, los manantíos y fuentes de Ancín y demás pueblos, y el río Ega, junto a la flora y fauna que lo acompañan, conforman todo un conjunto ecosistémico. Hablamos de un cuenca hidrográfica de enorme riqueza natural, que además ha generado toda una cultura del agua (y del regadío) en torno a los usos tradicionales del agua, tanto para trabajar como para el ocio. Ancín es un pueblo vinculado al agua, y aunque conceptos como caudal ecológico, nivel freático o sobre-explotación parecen estar ligados, sólo, a la comunidad científica, l@s mayores del lugar, basándose en la mera observación diaria de su entorno, nos están diciendo que algo grave está pasando con el agua: en verano el Ega viene bajo mínimos y las fuentes del pueblo se pasan demasiados meses secas.
La mayoría del agua que consumimos en Tierra Estella procede del agua subterránea de los diferentes acuíferos de Lokiz. La mayor parte es bombeada en pozos que extraen el agua del acuífero Alborón – Ancín, tanto en el propio pueblo de Ancín (pozo denominado P3), como en Mendaza (P2). Según informó el técnico del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra Javier Castiella (archivo en formato PDF, 167 Kb), en unas jornadas celebradas en Estella en junio de 2012, la extracción total de agua para el consumo en estos pozos es de 5 Hm3 al año.
Además, el bombeo de agua se ha ido incrementado en los últimos años, hecho que se ha producido de manera paralela al agostamiento de los manantiales. Y ahora parece que esa tasa de extracción de agua seguirá aumentando a marchas forzadas en los próximos años, si nada lo remedia.
El Gobierno de Navarra ha aprobado el Proyecto Sectorial de Incidencia Supramunicipal “Proyecto de abastecimiento de agua a Viana y a la Ribera de la Mancomunidad de Montejurra“, promovido por la propia Mancomunidad de Montejurra. En el proyecto aprobado se contempla la construcción de dos nuevos pozos en Mendaza, que permitirían alcanzar un caudal de extracción de 450 litros al segundo, y un caudal medio previsto de 319 l/s. De este modo, la extracción del pozo de Mendaza P2, pasaría de los 3 Hm3/año actuales a los 10 Hm3, según ha informado la propia Mancomunidad a requerimiento de los alcaldes de Valdega.
De este modo, la extracción total del acuífero Alborón – Ancin realizada por la Mancomunidad de Montejurra llegaría a los 12 Hm3 al año. Si con el bombeo actual de 5 Hm3 ya se producen problemas en los manantiales, ¿que pasará con 12 Hm3?…
Pero claro, la pregunta con la que algunos quieren desviar el mensaje es si existe relación entre la extracción de agua en los pozos y el agotamiento de los manantiales de Ancín. Y según argumenta el presidente de la mancomunidad de Montejurra, la respuesta es que no existe relación. Lanzarnos a debatir ahora sobre la tasa de explotación real del agua en los acuíferos de Lokiz nos desvía del verdadero debate: la alteración de los ecosistemas fluviales que se produce en la cuenca del Ega. Sin embargo es un argumento que merece la pena ser matizado.
Como ya se ha comentado, en junio de 2012 se organizaron en Estella las jornadas tituladas ”La sostenibilidad de los recursos hídricos en Tierra Estella”. Los participantes en las mismas: Gobierno de Navarra, comunidad científica, Mancomunidad de Montejurra… hace imaginarse que es un tema que preocupa a la administración. Sin embargo, en las jornadas para nada se habló de las circunstancias que en detalle hacen secar los manantiales de Ancín, salvo citas difusas a la sequía…
Y, sin venir a cuento, el mensaje que públicamente se lanzó al final de las jornadas fue: que no existe sobre-explotación de los recursos hídricos del acuífero de Lokiz. El fundamento principal para tal argumento era que el caudal extraído del acuífero de Lokiz en Valdega es ”mínimo” pues constituye tan sólo un 12% del recurso renovable, y por tanto “no afecta significativamente” a los manantiales de la zona.
Esta afirmación, aunque valiente, no queda exenta de interrogantes, pues a día de hoy no existe estudio concreto ni del funcionamiento, ni de la respuesta del acuífero de Lokiz a los bombeos. Y tampoco se ha analizado cómo las sequías inciden en las variaciones de su volumen.
Los manantiales, sobre todo los conectados con acuíferos de naturaleza caliza (como sucede en la cuenca del río Ega), son zonas de especial sensibilidad tanto a las sequías como a los bombeos. Esto se agrava más si los manantiales se encuentran en una cota elevada, pues en cuanto se extrae agua de los acuíferos, los que están a mayor altura son los primeros en ser afectados. Este es el caso del Manantial del Encino, en Ancín.
Que los bombeos se realicen a gran profundidad, como argumenta la Mancomunidad, no garantiza la no afección a manantiales en cotas elevadas; como mucho se puede ralentizar su agotamiento. Hay que tener en cuenta que un mínimo descenso del nivel freático del acuífero o del río Ega, es capaz de ocasionar que nacederos y afluentes dejen de manar agua.
La cantidad del 12% del recurso renovable que aseguran se está extrayendo, puede parecer “mínima” con la enorme extensión del acuífero, sin embargo dicha extracción no está siendo capaz de asegurar el correcto funcionamiento de manantíos naturales en la principal zona de descarga del acuífero de Lokiz, que tiene lugar en la localidad de Ancín. Así, como bien es conocido por los vecinos y vecinas de Valdega, los recursos hídricos que aportan estos manantiales para el valle ya casi no existen; y, en un grado que se desconoce, tienen que ver con las extracciones y con la sequía.
Existen cálculos a gran escala del funcionamiento del acuífero, pero no se tiene en cuenta el detalle de las particularidades. Así, no se conoce cómo funcionan los diferentes manantiales con respecto a todo el acuífero (río Ega incluido), que aunque no parezcan importantes para Navarra como entidad, si lo son para el futuro de Ancín, del Valle y del río Ega. Es evidente, que los bombeos que hace la Mancomunidad afectan a los manantiales. Al margen de si hay sobre-explotación o no, los nacederos se secan. De este modo, independientemente de que se decida denominar al problema como sobre-explotación o de otro modo, las intervenciones en el acuífero desde luego que contribuyen al debilitamiento de este complejo sistema hídrico.
Resulta por tanto, urgente y necesaria la elaboración de un modelo científico detallado a una escala territorial adecuada que explique el funcionamiento de los manantiales. No solo para la preservación de estas complejas formaciones de cara una explotación racional y consciente, sino también para que los pueblos puedan decidir cómo cuidar, gestionar y hacer uso de ellos sin ponerlos en peligro para las generaciones futuras. Además, en el contexto actual de cambio climático, resulta aun más necesario conocer su realidad para asegurar su correcta gestión y preservación.
Concretamente en el caso del acuífero Alborón – Ancín, la Mancomunidad debería aplicar el principio de precaución, bajo la premisa de que los recursos no son infinitos. Debe, por tanto, velar por el cuidado del conjunto del sistema hídrico que forma el acuífero: río, manantiales y fuentes. El futuro no parece halagüeño: partimos de unos manantiales debilitados progresivamente, a lo que hay que añadir un aumento generalizado en los consumos, dato que su puede extraer del hecho de que la Mancomunidad haya facturado un 10% más desde 2008.
Y es en esta situación de aumento de consumo y falta de recursos hídricos en Valdega cuando se pretende más que duplicar la extracción de agua proveniente de este acuífero. Según el proyecto de la Mancomunidad, los 7 Hm3 adicionales a captar en Mendaza se utilizarían para:
- cubrir el consumo total de agua que realiza el municipio de Viana, logrando su integración en la red de consumo de la Mancomunidad, y posibilitando su desarrollo y crecimiento futuros;
- mejorar el suministro de agua a los municipios de Lazagurría, Mendavia, Lodosa, Cárcar y Andosilla, y en un futuro también la de Sartaguda, asegurando que estas localidades puedan seguir creciendo y desarrollándose.
De esta manera los manantiales de Ancín se están secando, y creemos que urge actuar para recuperarlos, dejando de especular con el agua de Valdega. El valle del Ega ha forjado una historia y una cultura en torno al agua, construyendo una identidad propia resultado de la experiencia en el manejo y disfrute del agua durante siglos. Y son sus propios vecin@s los que nos están alertando de los cambios que se están produciendo en el entorno. El agua, y el agua subterránea también, es un bien más valioso que un tesoro: un valor de futuro para los que vienen detrás.
Mapa de la zona comprendida por los acuíferos de Alborón y Ancín. Ver mapa más grande