El libro Calidad de Ambientes Interiores, publicado por la Junta de Castilla y León, es una importante guía de referencia para el estudio de la calidad del aire en el interior de edificios. Se puede descargar tanto la primera parte del libro (archivo pdf, 3,1 Mb) que ofrece una amplia introducción al tema, como su segunda parte (archivo pdf, 3,5 Mb), dedicada a diferentes aspectos técnicos mas concretos.
A pesar de su temática especializada en interiores, gran parte del contenido es generalista, y puede aplicarse a la calidad del aire en general. Es el caso de la problemática con las partículas en suspensión, un tipo de contaminante del aire poco conocido, producido en gran medida por los procesos de combustión, y con grandes implicaciones en la salud humana. A continuación os dejamos con unos párrafos del primer libro (páginas 194-195), que informan sobre este aspecto:
Las partículas en suspensión se definen el tamaño que tienen. Así las partículas de diámetro menor de 10μm se definen como PM10, las de diámetro menor de 2.5μm se definen como PM2.5, y así sucesivamente. Las partículas ultra-finas (diámetro medio alrededor de 0.2μm) tienden a agregarse rápidamente en partículas mayores. La composición relativa de las partículas en el aire depende de los procesos que las generan así, los procesos mecánicos tienden a producir partículas más grandes que los procesos de combustión. La partículas en suspensión son una mezcla extremadamente compleja de: materiales biológicos (polen y otros alérgenos, virus, bacterias y otros derivados orgánicos,..) y de compuestos químicos, que varían por tamaño, composición y concentración con la localización geográfica y el momento de emisión.
Los estudios sobre exposición personal han encontrado pocas correlación entre los niveles al aire libre y del interior de los edificios, los niveles al aire libre medidos estacionariamente, proporcionan, con frecuencia, estimaciones más bajas de la exposición que monitorización individual en especial en áreas urbanas. Las fuentes de exposición interiores incluyen cocinas, estufas, calentadores y humo del tabaco. En ausencia de fuentes de interior conocidas, las concentraciones al aire libre pueden ser muy similares a las de dentro de los edificios.
Las PM10 pueden permanecer suspendidas en el aire durante varias horas y son inhalables, sin embargo, son las partículas más pequeñas tales como PM2.5 las que son aerotransportados durante días y semanas, dependiendo de las característica climatológicas, pudiendo penetrar, además, más profundamente en el tracto respiratorio por lo que se consideran más importantes en términos de salud. Si su origen es por combustión de combustible fósil, en su composición química pueden tener un gran número de elementos tóxicos. Los estudios epidemiológicos sugieren que las PM, en los niveles comunes a muchas áreas urbanas e industriales, contribuye al aumento de la morbilidad y la mortalidad humanas en lo que se refiere a enfermedades cardiorrespiratorias. Los principales efectos para la salud que se asocian a la exposición del PM incluyen mortalidad precoz, enfermedades respiratorias y problemas cardiovasculares, cambios en la función pulmonar, aumento de síntomas respiratorios, disminución de los mecanismos de defensa respiratorios.
Estudios de los ingresos hospitalarios, encuentran un asociación positiva entre las concentraciones a corto plazo de PM y los ingresos por síntomas respiratorios, enfermedades respiratorias (agudizaciones de asma y epoc) y patologías cardiacas. En estudios epidemiológicos realizados en la comunidad y en estudios controlados, de exposición, llevados a cabo en animales de laboratorio y humanos voluntarios, se encontró una disminución de la función pulmonar y un aumento de síntomas respiratorios, asociados a concentraciones crecientes de PM. Estos efectos son particularmente importantes en los niños.
Los datos epidemiológicos indican que hay varias subpoblaciones que presentan un riesgo especial para este tipo de exposiciones: niños, individuos con enfermedades respiratorias (epoc, bronquitis aguda y asma) y enfermedades cardiovasculares y los ancianos. En Europa, la OMS no recomienda ningún valores específicos para PM porque considera que no hay un nivel de exposición que se pudiera establecer como umbral. Esto indica que hay un cierto riesgo para la salud relacionado con todos los niveles de exposición a PM encontrados en las ciudades.